Compañero Guillerme:
Te conocí hace muchos años en tus afanes de consolidar el grupo de trabajo sobre ambiente de la querida FIOCRUZ. En ese primer encuentro conversamos sobre el movimiento de la salud colectiva y los sueños comunes de una nueva América Latina.
Tu trabajo consciente y efectivo te ha puesto ahora en la mira de los poderosos que asaltaron la democracia, la sensatez y la justicia.
Ten fuerza compañero y piensa en estos duros momentos, que no hay mejor tratamiento para el dolor que te han causado a ti y a tu familia, que el respeto y cariño de tantos y tantas que te conocemos y el sabor de la dignidad.
Tu hermano ecuatoriano.